Lágrimas de Cocodrilo


¿Alguna vez has escuchado la expresión "lágrimas de cocodrilo"? Esta frase, tan común en nuestro lenguaje, se utiliza para describir la manifestación hipócrita de tristeza, un llanto falso y sin remordimiento. Su origen se remonta a una antigua creencia popular que aseguraba que los cocodrilos derramaban lágrimas mientras devoraban a sus presas.

Sin embargo, la realidad detrás de este curioso fenómeno es mucho menos dramática y más fisiológica. Contrario a la leyenda, los cocodrilos no "lloran" por arrepentimiento. La verdadera razón de estas lágrimas es puramente funcional:

  • Lubricación ocular: Al igual que otros animales terrestres, los cocodrilos necesitan mantener sus ojos húmedos para un correcto funcionamiento y evitar la sequedad. La secreción de estas "lágrimas" ayuda a lubricar la superficie ocular, protegiéndola del polvo y otros elementos.
  • Excreción de sal: Los cocodrilos poseen glándulas lagrimales modificadas que les permiten eliminar el exceso de sal de su organismo. Al vivir en ambientes salobres o ingerir presas con alto contenido de sal, este mecanismo de excreción a través de las "lágrimas" resulta vital para mantener su equilibrio interno.

Así que la próxima vez que escuches la expresión "lágrimas de cocodrilo", recuerda que detrás de esa imagen de falsa pena se esconde un proceso biológico esencial para la supervivencia de estos fascinantes reptiles. 



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