Cigüeña Blanca: Amor, Nidos y Sacrificios por la Supervivencia
La cigüeña blanca es un ave que, por lo general, forma parejas duraderas, aunque la monogamia para toda la vida no es estricta. Los dos miembros de la pareja colaboran en la construcción de un nido de gran tamaño, una estructura que puede ser utilizada durante varias temporadas de cría, con adiciones de material cada año.
En cada ciclo reproductivo, la hembra pone alrededor de cuatro huevos, los cuales eclosionan de forma asíncrona tras un periodo de incubación de aproximadamente 33 o 34 días. Ambos progenitores asumen la responsabilidad de incubar los huevos y, una vez que nacen los polluelos, ambos participan en su alimentación.
Es común que la primera cría en eclosionar tenga una ventaja competitiva sobre sus hermanos en términos de tamaño y acceso a los recursos. Aunque los polluelos más fuertes, por lo general, no son agresivos hacia los más débiles, en condiciones de escasez de alimento, se ha observado un comportamiento de infanticidio parental. En estas circunstancias, los padres pueden matar a las crías más pequeñas o débiles como una estrategia para reducir el tamaño de la nidada y aumentar las probabilidades de supervivencia de los polluelos restantes. Sin embargo, es importante destacar que este comportamiento no es la norma y se considera una respuesta a condiciones ambientales extremas.
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Cigüeñas en su nido |
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Cigüeña con sus polluelos |
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